Hoy he constatado por decimocuarta vez (gracias a esta maravillosa sociedad y sus estupendos contratos de trabajo...) que cuando uno empieza en un trabajo nuevo la emoción es recíproca; es decir, cuando se empieza en un curro nuevo vuelve a crecer en tí esa ilusión de empezar en algo, de adquirir conocimientos, encontrar gente nueva (interesante o no), hacer algo diferente (aunque a veces haces lo mismo pero como el sitio ya no es el mismo pues...no sé te da la sensación de que ha cambiado hasta el trabajo...).
Pues está comprobado (por mí misma, mismamente) que a la gente de tu nuevo trabajo también le pasa algo parecido contigo: les emocionan los nuevos. Tú llegas el primer día y todo son caras amables, te sonríen, todos se aprenden tu nombre (incluso gente que no lo volverá a utilizar) y te dicen cosas como: "Huy, aqui vas a estar de maravilla, somos como una gran familia"; "Ya verás te vamos a tratar de perlas"; " No sabes la suerte que has tenido con venir aqui, en esta empresa nos llevamos todos
super bien"...y mil cosas por el estilo. Cuando es tu primer empleo, inocente tú, te lo crees y sonríes para tus adentros diciendo: " Jo que gente mas maja", "Qué equivocada está la gente con respecto al trabajo"...Ya, claro...cuando es tu tercer trabajo...jejejejej Ya lo sabeis.
El caso es que el segundo día estás ya como más integrado a la empresa y entonces empiezan a turnarse para contarte sus cosas, sus lios con la gente de la empresa y, por que no, los lios de los demás (que el cotilleo es deporte olímpico). Lo que pretenden, aparte de hacerte sentir uno más (con las responsabilidades que eso acarrea), es que tú les des tu punto de vista, es decir para hablar en claro: "que les des la razón". Y como encima tengas experiencia en puesto similar en otras empresas entonces ya...porque cada uno se piensa que lo suyo es lo peor, pero claro cuando se puede comparar...te preguntan: "Y donde tú estabas esto era asi?" " Asi haciais las cosas??" con su respectiva coletilla: "Porque aqui...esto es un desastre...". A veces no les das la razón, pues de donde vienes era mucho mas desastre que donde "crees" que estas ahora, pero otras vees hay que darles la razón porque ves cada cosa...
En fín, que te tiras todo un més en el que tú eres la novedad, en el que todo es muy bonito, en el que todo el mundo te saluda por los pasillos, te invitan a cafés y te preguntan qué tal te va. Hasta que un día te vuelves igual de gris que el resto (y nunca sabrás qué día exacto se originó ese cambio, por mucho que intentes recordar), empiezas a ver que no todo es tan bonito (es más, se empieza a parecer demasiado al sitio del que saliste), ya no tomas café, nadie se acuerda de tu nombre y a nadie le interesa ya cómo lo llevas.
Si, me he puesto muy negativa ( yo en mi línea) y reconozco que no siempre es así pues, imagino que habrá gente que haya encontrado el trabajo de su vida y se levante cada mañana muy orgulloso de ir a su puesto de trabajo porque le llena y le hace felíz. Brindo por ellos y no pierdo la esperanza de compartir ese sentimiento un día con ellos.